domingo, 16 de octubre de 2016

Un Amor Incondicional



“Lo que hace disfrutable una relación son los intereses comunes; lo que hace interesante son las pequeñas diferencia” 

Todd Ruthman. 

Hace algunos días después de haber tenido una mañana bastante ajetreada, un grupo de amigos me invitó a tomar un café. Buscamos dos mesas de la feria, juntamos las sillas y comenzamos a conversar. Disfruté mucho ese momento, en especial lo que más recuerdo de esa tarde de café, fue uno de los jóvenes que nos acompañaba, este inició un juego en el cual cada integrante debía decir sus defectos y lo que le disgustaba de otras personas. A medida que se presentaban las distintas respuestas nos asombrábamos al encontrar tantas cosas que había en común entre nosotros pero al mismo tiempo notamos los distintos aspectos que nos diferenciaban. 


Durante el café nos divertimos hablando de nuestras diferencias y similitudes, hacíamos chistes y no parábamos de reírnos pero ¿Es normal que respondamos de esta manera ante las distintas situaciones de la vida? ¿Es fácil llevar las relaciones cuando hay aspectos que nos diferencian? La respuesta es NO. Los seres humanos estamos acostumbrados a relacionarnos desde la perspectiva del interés y nos fijamos en los aspectos que nos agradan de las otras personas y cuando vemos sus defectos las rechazamos, criticándolas y alejándolas de nuestro entorno. 

Sin embargo cuando habló sobre las relaciones me encanta hablar de un personaje que le fascina relacionarse con las personas, le encantaba hablar con aquellas personas con las cuales tenía intereses en común y aquellas personas que lo criticaban. Jesús no se limitó en sus relaciones y uno de los versículos más famosos y más twitteados dice: “Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).Tal vez tú conoces muy bien este versículo, pero cada vez que lo leo me llama la atención la parte que Dice: “Dios amó tanto al mundo” Cuando leo esta declaración y me imagino esta clase de amor en este versículo, noto que no es un amor normal, no es una tipología de amor en la cual estamos familiarizados, es un amor que no hace excepción en las personas, por lo cual Dios ama a las personas sin preguntarse si tienen puntos en común o puntos en contra. Tú podrás preguntar ¿Dios va a gastar la vida de su hijo por este tipo de personas sin ninguna garantía? ¿Va a entregar la vida de su hijo por personas que tal vez nunca conciban amarlo? Y la respuesta es ¡Sí! El tipo de amor que conseguimos en este versículo, es un amor “Ágape” “que es el término griego para describir un tipo de amor incondicional y reflexivo, en el que el amante tiene en cuenta sólo el bien del ser amado”, no es un tipo de amor que consigamos fácilmente en este mundo, no es el tipo de amor que tienen dos personas que se casan: donde le podemos decir al novio ¡no te cases con ella! Y no te hace caso porque sabe que la mujer con la que se casará es el amor de su vida porque su amor es correspondido. Este tipo de amor es recíproco, es un amor correspondido y condicionado, es el tipo de amor al cual estamos acostumbrados, sin embargo el tipo de amor que Dios refleja en este versículo no es este, Dios expresa un amor “INCONDICIONAL” (ÁGAPE) el cual es un amor obsesionado, un amor que no es exclusivo solo para personas buenas, ni para personas que me caen bien, o que tienen un buen aspecto físico o que tienen mis mismos gustos, o que están en mi estatus y están pasando por mis problemas ¡es más que eso! Es un amor que se esfuerza, un amor implacable. Un amor que a pesar de tus fallas no disminuye. El problema de muchas personas es que solo conocen el amor “Philia” “es un antiguo término griego para referirse al amor fraterno, incluyendo amistad y afecto” (De esta palabra proviene el término Familia) Este amor es recíproco, es el amor de los amigos, es el amor de los matrimonios, es el amor correspondido, es el único amor que muchos conocen, y es el único que sabemos practicar y el que nos sale natural, es un amor que se fija simplemente en los puntos en común y no es capaz de asimilar las diferencias, pero debemos saber que el amor Philia no es el completo amor, es por esto que Dios nos comunica que su amor no es Philia solamente, es un amor “Ágape” un amor que te ama sin importar tus diferencias y es el tipo de amor que Dios quiere que practiquemos en nuestras relaciones, es el tipo de amor que permite que una tarde de café en la cual hablamos de nuestras diferencias se convierta en la conversación más grata y divertida, es el tipo de amor capaz de unir a un matrimonio para toda la vida, es el amor capaz de relacionarnos con aquellas personas que no nos caen tan bien, es el amor que nos permite perdonar, es aquel amor que nos permite reírnos de nuestras diferencias, es el completo amor que Dios deposita constantemente en nuestros corazones. 

Tómate un momento en este día y reflexiona sobre el tipo de amor que estás colocando en tus relaciones: ¿Un amor condicional (Philio) o un amor Incondicional (ágape) ? 

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