Una de las cosas que más ha impresionado mi vida fue
leer las palabras expresada el día del funeral de Martin Luther King Jr. El 8
de Abril de 1968 durante el funeral colocaron una grabación de uno de sus
sermones llamado: “Drum Major
Instinct" en el cual el mismo Martin Luther expresó con relación a su futuro funeral:
“Me gustaría que alguien mencionará ese día que
Martín Luther King intentó dar su vida sirviendo a los demás. (…) Me gustaría
que alguien ese día dijera que Martin Luther King intentó amar a alguien (…).”(Coretta, pág. 342)
La primera vez que leí estas palabras pensé lo
difícil que es pensar en otros y vivir más allá de nosotros mismos.
Actualmente
vivimos en una sociedad plagada del “Yo” pero lo cierto es que no puede haber
un “Yo” sin un “Nosotros”, por lo cual ¿Qué puede significar una vida plagada
del “YO”? ¿Qué puede dejar una vida que no se preocupó por ayudar a otros?
Muchas personas tienen un fuerte impulso que los
lleva a buscar siempre el primer lugar y la grandeza sólo para su beneficio,
pasando por encima de otros sin preocuparles. De hecho, nacemos con estos
patrones, desde que somos bebés lloramos para que nos presten atención y
alegamos cariño para nosotros y a medida que crecemos muchos comenzamos a vivir
más para nosotros mismos olvidándonos de las personas que nos rodean. Este es
un problema que está arraigado en muchos de nosotros y si no nos damos cuenta a
tiempo es capaz de dañar familias y aún
a una nación por completo.
Jesucristo en muchos pasajes retaba a la gente a
dejar de vivir para sí mismo, y comenzar a pensar y ayudar a otros, haciendo
simples preguntas como: ¿Diste de comer
al sediento? ¿Diste abrigo al desprotegido? ¿Visitaste al enfermo y consolaste
a los presos?
Y ya que has llegado conmigo hasta esta parte de la
lectura, que tal si nos hacemos esta pregunta ¿Para quién hemos estado viviendo?
Tal vez como ya te has dado cuenta de que hemos
vivido mucho para nosotros mismos y poco para otros, pero es momento de poder
cambiar esto, nuestras familias necesitan personas que se preocupen por otros,
tal vez así podrían bajar los índices de divorcios y cambiar la historia
generacional de nuestro hogar. Nuestro país necesita más personas que en vez de
colocar sus propios intereses y vivir para sí mismo decidan abrir sus manos y levantar
a otros, pero esto sólo va a ser posible cuando decidamos servir a otros; solo
va a ser posible cuando decidamos amar a otros.
Jesucristo vivió esta indiferencia de no pensar en
otros dentro de este mundo, y expresó el verdadero significado de la “GRANDEZA”.
Tal vez alguien pueda creer que para ser grandes es necesario pensar mucho en
mí mismo y menos en otros, pero Jesucristo volteó ese esquema mental, dando el
mayor significado de la vida y el mayor significado de grandeza al expresar:
““(…) El que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor”
(Mateo
20:26 NVI)
¿Cómo quieres ser recordado en tu familia? ¿Cómo
quieres ser recordado en tu trabajo? ¿Cómo quieres ser recordado por tus
amigos? ¿Cómo quieres ser recordado en tus estudios? ¿Cómo quieres ser
recordado el día de tu funeral?
Como alguien que nadie recordó por el hecho de vivir
una vida solitaria, egoísta y centrada en sí mismo o como alguien que decidió
vivir para ayudar a otros, que antes de pensar en sí mismo pensó en otros y se
hizo esta pregunta:
“¿Qué puedo hacer para ayudar a
otros?”
Necesitamos menos “Yo” y más “Nosotros”
Este es el mejor símbolo de grandeza, este es el
significado de una vida: “Que tú y yo
podamos servir y amar a otros”.
Qué tal si durante estos días, nos colocamos el reto
de hacernos esta pregunta: “¿Qué puedo
hacer para ayudar a otros?”, en las distintas áreas de nuestras vidas:
Trabajo, escuela, universidad, amigos y familia. Y una vez que lo comencemos a hacer, empezaremos a
entender la verdadera grandeza de la vida, y descubrir al final que: "Buscando el bien de
nuestros semejantes encontramos el nuestro" (Platón)
Bibliografía
Scottt
King, C. (1970). My life with Martin Luther King Jr. London: Hoodder
and Stoughton.
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